siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra del Dios, viviente y que permanece para siempre.
(Sagradas Escrituras)
Pues habéis nacido de nuevo, no de semilla corruptible, sino incorruptible, por medio de la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.
(Nueva Reina Valera)