Hazme saber, o tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas tu rebaño al medio día; pues, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros?
(Sagradas Escrituras)
Hazme saber, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tu rebaño? ¿Dónde lo llevas a descansar al mediodía? ¿Por qué he de andar errante, tras los rebaños de tus compañeros?
(Nueva Reina Valera)