Y aconteció, que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con El.
(Sagradas Escrituras)
Cuando Moisés descendió del monte Sinaí con las dos tablas del Testimonio en su mano, no sabía que su rostro resplandecía, por haber estado hablando con Dios.
(Nueva Reina Valera)