Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
(Sagradas Escrituras)
La tierra estaba desierta y vacía, las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas.
(Nueva Reina Valera)