y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.
(Sagradas Escrituras)
entraron en sus entrarías, pero no se conocía que hubiesen entrado en ellas, porque su aspecto seguía siendo malo como antes. Y desperté del sueño.
(Nueva Reina Valera)