Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.
(Sagradas Escrituras)
Al terminar los días del convite, Job los mandaba llamar para purificarlos. Temprano de mañana ofrecía holocaustos por cada uno de ellos. Porque Job pensaba: "Tal vez mis hijos pecaron y blasfemaron a Dios en sus corazones". De esta manera hacía cada vez.
(Nueva Reina Valera)