Y clamaron al SEÑOR, y dijeron: Te rogamos ahora, SEÑOR, que no perezcamos nosotros por el alma de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, SEÑOR, has hecho como has querido.
(Sagradas Escrituras)
Entonces clamaron al Eterno, y dijeron: "Oh Señor, te rogamos que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, oh Eterno, has obrado como has querido".
(Nueva Reina Valera)