Y el que pronunciare el Nombre del SEÑOR, morirá; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si pronunciare el Nombre, que muera.
(Sagradas Escrituras)
"El que blasfeme el nombre del Eterno, ha de ser muerto. Toda la congregación lo apedreará. Sea extranjero o nativo, el que blasfeme el Nombre, que muera.
(Nueva Reina Valera)